La situación en el departamento del Cauca ha llegado a un punto crítico. Los bloqueos en la vía Panamericana, esta vez liderados por el Congreso de los Pueblos, han puesto en jaque la movilidad y la economía de la región. Sin embargo, es esencial analizar y entender las causas subyacentes de estos bloqueos para determinar las verdaderas responsabilidades.
Los manifestantes, aproximadamente unas 500 personas pertenecientes al Coordinador Nacional Agrario (CNA), provienen de diversos departamentos como Nariño, Cauca, Huila y Putumayo. Estos campesinos han tomado la decisión de bloquear la vía como un último recurso para ser escuchados por el Presidente Gustavo Petro. Sus demandas son claras: exigen la reestructuración de la doctrina de seguridad del Estado y el desmonte del paramilitarismo, entre otros puntos vitales para su supervivencia y dignidad. Los manifestantes dan a conocer en sus exigencias que sienten una frustración enorme por el abandono estatal en cabeza de “el gobierno del cambio”.
Asimismo, es importante señalar que los gobernadores de Nariño, Huila y Putumayo no han expresado suficiente preocupación por esta crisis, a pesar de que muchos de los manifestantes provienen de sus territorios y han contribuido a los bloqueos en la vía Panamericana. La falta de acción y apoyo de estos gobernadores agrava la situación, al no abordar de manera efectiva las necesidades y demandas de sus propias comunidades.
Los bloqueos en la vía Panamericana son una consecuencia directa de la falta de cumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno nacional. La desidia y la falta de respuesta han empujado a estas comunidades a una situación límite. Por lo tanto, la responsabilidad recae no solo sobre el presidente Gustavo Petro y su administración, sino también sobre los gobernadores de los departamentos involucrados, quienes deben asumir su parte y actuar de manera inmediata para resolver esta crisis.
El Gobernador del Cauca ha asumido una posición de diálogo, de escucha y de concertación, sin embargo actualmente se le señalan responsabilidades que no tiene. Los gobernadores de los departamentos como Nariño, Cauca, Huila y Putumayo brillan por su ausencia e inacción.
Es momento de que el gobierno nacional y los gobiernos departamentales del suroccidente actúen en bloque para garantizar el cumplimiento de los acuerdos pactados con las comunidades. La estabilidad y el desarrollo de la región dependen de ello. La solución no está en culpar exclusivamente a los líderes locales, sino en reconocer y abordar los problemas estructurales que afectan a estas comunidades desde hace años.
Es hora de que el gobierno nacional y el Ministro del Interior que es nacido en el pacífico caucano, tomen conciencia y no se limiten a pensar solo a pensar en las elecciones de 2026 sino que cumplan las promesas que le hicieron a los campesinos que hoy tanto claman la atención de un “gobierno del cambio” que pareciera nunca será.