Cuando aún Popayán y el Cauca no se reponen de los actos vandálicos y el terror causados en la noche del 28 de mayo de 2021 por personas ajenas al paro, como bien puede observarse en la vasta evidencia fílmica producto de la jornada, el Gobierno Nacional irresponsable, reta una vez más los ánimos de las organizaciones por medio del Decreto 575 de 2021, emitido por el Ministerio del Interior.
En el Decreto escueto de ideas y soluciones para atender las causas expresadas por la sociedad movilizada en el marco del paro nacional 2021, instruye a gobernadores y alcaldes a implementar a tabula raza la asistencia militar para recuperar el orden público, eliminar los bloqueos y por supuesto desde su inocente y carente experiencia terminar con el paro.
Resulta grosero para los caucanos y para el país que el Presidente Duque, incapaz de asumir el manejo y control del orden público -Como se lo ordena la Constitución- ahora intente obligar a alcaldes y gobernadores a hacerlo, a mancharse con la sangre que su gobierno ha desatado. Con ello no solo conmina a desconocer la fuerza organizativa histórica del Departamento, a poner más vidas en riesgo, sino que destruye los diálogos regionales y locales que han venido dando resultados factibles en el Departamento del Cauca, como lo son el desbloqueo escalonado de las vías.
Cabe resaltar que en días anteriores por labor de las administraciones locales y regionales, en diálogo con las organizaciones, estas mismas habían anunciado desbloqueos, cuyos resultados fueron torpemente lanzados al traste por el Gobierno Nacional al ordenar incursiones de la fuerza pública en el sector de Villa Rica ante lo cual el CRIC anunciaría su continuidad en las vías.
El inexperto Presidente pretende que la ÚNICA salida a la problemática que el mismo Gobierno Nacional causó, sea el uso irracional de la fuerza. Retar al pueblo, como si se tratara de un juego, torpedear cada intento de salida negociada, proteger y alardear en redes su victoria ante el intento de moción de censura que buscaba relevar a un Ministro causante de la peor masacre de jóvenes de la historia, satanizar la protesta social pacífica, negar la entrada de verificadores internacionales y lo que es peor, vincular y poner la responsabilidad de su incapacidad en espaldas ajenas son actos realmente infames.
Presidente si en realidad le interesa el Cauca pare el derramamiento de sangre, articúlese a los escenarios de diálogo, no rete de manera pueril y responda a su deber constitucional de brindar bienestar. Es ahora, el Cauca y Colombia lo necesitan. La historia le hará su juicio.