Desde el corregimiento de Ortega, en el municipio de Cajibío, Cauca, los habitantes viven momentos de terror debido a los constantes enfrentamientos entre las disidencias de las FARC y el Ejército Nacional.
Según testimonios, desde el día 26 de diciembre. Los insurgentes han utilizado drones y cilindros bomba para atacar las posiciones del Ejército, dejando a la población civil atrapada en medio del fuego cruzado.
“Estamos aterrorizados. Los explosivos caen muy cerca de nuestras casas. No podemos salir ni buscar alimentos porque el riesgo es demasiado alto”, expresó un líder comunitario que prefirió mantener su identidad en reserva.
Crisis humanitaria y confinamiento prolongado
La comunidad de Ortega, cuya economía depende en un 90% del cultivo de café, no solo enfrenta las consecuencias inmediatas de la violencia, sino también un intento de desplazamiento forzado por parte del frente Jaime Martínez de las disidencias. El confinamiento no es nuevo. Desde hace más de dos años, los residentes han restringido sus movimientos por temor a los ataques armados o a las minas antipersonales en los caminos que rodean la región.
“Los niños no van a la escuela, los enfermos no pueden salir a buscar atención médica, y la vida se nos está volviendo un encierro constante”, comentó una madre de familia afectada.
El acceso a Ortega por tierra es extremadamente complicado. Debido a las malas condiciones de las vías y la presencia de grupos armados ilegales en sectores como Dinde y El Carmelo. Además, las recientes lluvias han empeorado la situación, bloqueando rutas que podrían ser utilizadas para el ingreso de ayuda humanitaria o refuerzos militares.
La población denuncia que la falta de intervención estatal ha permitido que la violencia crezca de manera descontrolada.
“Desde 2018 emitimos alertas tempranas sobre los riesgos que enfrentábamos, pero no se tomaron las medidas necesarias. Ahora estamos en una crisis que parece no tener solución”, señaló un vocero comunitario.
Clamor por una intervención urgente
Ante la situación crítica, los habitantes de Ortega han hecho un llamado desesperado a las autoridades nacionales y a los organismos internacionales de derechos humanos. Solicitan acciones inmediatas para garantizar su protección, facilitar el acceso de ayuda humanitaria y buscar soluciones de largo plazo para recuperar la paz en la región.
El conflicto armado en el Cauca continúa cobrando víctimas entre la población civil. Mientras las comunidades rurales, como la de Ortega, se ven obligadas a sobrevivir en condiciones de extrema vulnerabilidad. La intervención estatal y la atención internacional son ahora más urgentes que nunca.
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