El Gobierno de Bolivia declaró este lunes un «desastre nacional» debido a la devastadora magnitud de los incendios forestales que han arrasado millones de hectáreas en la Amazonía y la región de Chiquitania.
La declaración fue anunciada por el presidente Luis Arce tras una reunión con diversas autoridades en Santa Cruz, la zona más afectada por el fuego.
Alarmante cifra de hectáreas quemadas
La cifra de hectáreas consumidas por los incendios en lo que va del año ha superado los 7 millones solo en Santa Cruz, marcando un triste récord, convirtiendo esta crisis ambiental en la más grave desde 2019, cuando se quemaron más de 5,3 millones de hectáreas a nivel nacional.
La región de Chiquitania, rica en biodiversidad y patrimonio cultural, ha sido particularmente golpeada, afectando espacios naturales y las misiones jesuíticas reconocidas por la UNESCO.
Con esta declaración, el gobierno boliviano busca facilitar la llegada de apoyo internacional para combatir la crisis.
El decreto permite ajustes en el presupuesto y establece que los ministerios de Exteriores y Planificación gestionarán la cooperación internacional. Además, se impulsará un plan de recuperación postdesastre.
La sequia persiste
La sequía persistente, agravada por las condiciones climáticas adversas, ha contribuido a la rápida propagación de los incendios. Pese a algunos episodios de lluvias aisladas, la situación sigue siendo crítica.
En respuesta a la emergencia, Bolivia ha recibido ayuda internacional de países como España, Brasil, Chile, Francia, Canadá y Venezuela, que han enviado recursos humanos y materiales para combatir el fuego.
Sin embargo, expertos advierten sobre la necesidad de equipar a las comunidades locales con herramientas y recursos para la protección y prevención de futuros incendios.
Con la declaración de «desastre nacional», Bolivia espera fortalecer la respuesta ante lo que se ha calificado como el mayor desastre ambiental en la historia del país.