La ciudad de los 15 minutos es un concepto urbano desarrollado por el académico franco-colombiano Carlos Moreno y explicado en su libro “La Revolución de la Proximidad”. En términos generales, propone un modelo donde los servicios y las actividades principales que demanda un ciudadano estén ubicados cerca de su vivienda, logrando con ello reducir la necesidad de los desplazamientos largos. Este enfoque implica tener una ciudad más densa, con usos del suelo mixtos y una movilidad sostenible basada principalmente en la caminata, la bicicleta y los medios masivos de carácter público.
En el caso de Popayán, la planificación urbana ha estado desvinculada del transporte; la ciudad ha ido creciendo y luego se ha pensado en los desplazamientos de sus habitantes. Gran parte de la población se concentra tanto en el sector norte como en el sur, y las más importantes infraestructuras e instituciones están ubicadas sobre el centro hacia donde se dirigen la mayoría de los cerca de 71.000 automotores registrados en el municipio con viajes diarios que generan congestión vehicular en las principales vías.
Aunque las soluciones para la movilidad de Popayán tienen diferentes tiempos de materialización, estas deben ir avanzando de manera paralela. En ese sentido, si bien el modelo de los 15 minutos puede ser el horizonte temporal, mientras tanto debemos impulsar alternativas de corto y mediano plazo para enfrentar problemas que no dan espera como son las intersecciones que se han convertido en el foco del problema.
Mi amigo Julio, por ejemplo, vive en uno de los barrios de la comuna 2; me cuenta que en horas pico se ha tardado hasta 1 hora y 30 minutos en llegar a la galería La Esmeralda donde tradicionalmente hace el mercado. Le agregué que, con los nuevos semáforos a ser instalados entre la carrera novena y la avenida de Los Próceres, así como también en Catay, ese tiempo seguramente aumentará; ante lo cual irónicamente responde: “me saldrá mejor ir hasta Cali”.
Esta situación con algunos contrastes es la historia de miles de personas para quienes las intersecciones se han convertido en puntos críticos; unos verdaderos cuellos de botella en donde el volumen vehicular al desbordar la capacidad de las soluciones semafóricas o de rotonda, genera demoras que le arrebatan a los ciudadanos cada vez más tiempo en familia, de descanso o de productividad y, además, inciden en la contaminación por cuenta del aumento en el número de minutos en que los vehículos están en funcionamiento.
Ante todo esto y como alternativa de solución, en Popayán se debe abrir el debate sobre la viabilidad de empezar progresivamente a elevar su infraestructura vial con intersecciones a desnivel en ciertos sectores que posibiliten un tránsito eficaz. A la par, priorizar la caminata y la bicicleta que, a pesar de ser los modos más utilizados en la ciudad, son los que menos infraestructuras tienen. Frente a esta idea, surge la pregunta acerca de su financiamiento. Mencionaré algunas que podrían confluir siempre y cuando los diferentes niveles de voluntad política se sincronicen.
Al interior de la institucionalidad municipal los recursos de inversión son limitados, pero junto con una buena recuperación y gestión de las carteras que tienen a favor las diferentes secretarías de la Alcaldía, se consolidaría un monto importante. Al exterior, los Gobiernos Departamental y Nacional son actores preponderantes; con respecto al primero, recordemos que los gobernadores electos obtienen la mayoría de sus votos en Popayán, y, sobre el segundo, 7 de cada de 10 votantes confiaron en el presidente Petro. Además, la capital es el hogar del mayor número de personas en el Cauca.
La movilidad es una necesidad colectiva, y como tal, requiere de la cooperación de todos los actores que se desplazan en la ciudad para su solución. Una visión con un enfoque sostenible, integrado e inclusivo donde la planificación y el transporte vayan de la mano, impactaría positivamente en la calidad de vida de sus ciudadanos.