Entre el 20 y el 22 de enero, la presencia militar en la región del Catatumbo, Norte de Santander, ha experimentado un incremento significativo debido a los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc. Esta intensificación de la seguridad ha permitido que 22 disidentes de las Farc se entreguen voluntariamente al Ejército Nacional.
Entrega de disidentes del Frente 33 «Mariscal Antonio José de Sucre»
Según un comunicado del Ejército. Las operaciones en la zona han logrado crear condiciones favorables para que integrantes de grupos armados ilegales se sometan a la justicia. Ocho de los disidentes pertenecen a la estructura 33 de las disidencias de las Farc, conocida como el Frente 33 «Mariscal Antonio José de Sucre», quienes se entregaron en la zona rural de Tibú.
Estos ocho disidentes fueron transportados a Cúcuta, donde comenzaron la «ruta de atención humanitaria» establecida por el gobierno. Entre ellos, dos eran menores de edad, por lo que fueron entregados al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para el restablecimiento de sus derechos. Este grupo se suma a otros catorce disidentes que se habían entregado previamente en los municipios de El Tarra y Tibú, durante la misma semana.
El Ejército también informó sobre el hallazgo de material de guerra, intendencia y equipos de comunicaciones en poder de los disidentes al momento de su entrega. La fuerza pública ha resaltado que estos actos son resultado directo de las intensas operaciones militares para garantizar el control territorial y proteger a la población civil en medio de la crisis humanitaria que afecta a la región.
#ContundenciaOperacional | Gracias al ingreso de nuestros soldados de Fuerzas Especiales a El Catatumbo, más integrantes de los grupos armados se entregan a la justicia para cambiar sus vidas.
En este caso, 8 integrantes del grupo armado residual estructura 33, entre ellos 2… pic.twitter.com/eVUGQOtdJr
— Ejército Nacional de Colombia (@COL_EJERCITO) January 22, 2025
Crisis humanitaria y desplazamiento en el Catatumbo
El conflicto entre las disidencias de las Farc, comandadas por alias ‘Calarcá’, y el ELN, ha generado una situación de desplazamiento masivo en el Catatumbo. Afectando a más de 30,000 personas que han huido hacia Cúcuta. La crisis ha dejado un saldo de al menos ochenta asesinatos, según la Defensoría del Pueblo.
En respuesta a esta crisis, las autoridades colombianas han enviado más de 56 toneladas de ayuda humanitaria a las zonas afectadas, y aeronaves de la Fuerza Aeroespacial Colombiana han transportado artículos de primera necesidad y suministros de aseo a los desplazados.
Además de los avances en la entrega de disidentes, la crisis humanitaria ha afectado gravemente a las comunidades indígenas de la región. La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha denunciado el impacto devastador de la violencia del ELN sobre los pueblos indígenas. Destacando que veintitrés comunidades, incluyendo el Pueblo Bari y el Pueblo Yupka, permanecen confinadas debido a los enfrentamientos.
El presidente Gustavo Petro decretó el estado de conmoción interior y una emergencia económica para enfrentar la creciente crisis en la región.
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