Las disidencias de las Farc, del Estado Mayor Central (EMC), desafían al Gobierno con una escalada de violencia en el Cauca, afirma el jefe negociador gubernamental, Camilo González Posso.
Desproporción entre percepción y realidad en el Cauca
González Posso desestima la idea de una estructura militar significativa en el Cauca, señalando la presencia de grupos pequeños que generan “ruido” pero carecen de capacidad para desestabilizar al Estado o al Ejército.
Aunque reconoce la gravedad de la situación, González insiste en una posible «sobrevaloración de la realidad militar», destacando la capacidad de restricción y control de los grupos disidentes sobre la población local.
Escalada de violencia desde la suspensión del cese al fuego
Tras la suspensión del cese al fuego, los enfrentamientos han aumentado en los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, con múltiples atentados registrados recientemente, incluidos ataques con explosivos y hostigamientos a estaciones policiales.
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La figura de ‘Iván Mordisco’, exlíder del EMC y ahora aliado de las estructuras del suroeste, ha sido crucial en la crisis desatada tras la escisión. Sin embargo, se niega su papel como jefe máximo de las disidencias y se destaca la autonomía de los grupos del Cauca.
Se detallan las diferencias entre los grupos que permanecen en la mesa de negociación y los del suroeste, destacando la falta de cohesión y politización de estos últimos, lo que dificulta el diálogo y la unidad política entre ellos.
Aunque el Gobierno ha expresado su reticencia a dialogar y restaurar el cese al fuego, el jefe negociador no descarta la posibilidad de futuras conversaciones, especialmente dada la presión de la sociedad civil por un desescalamiento de la violencia en el Cauca.
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