El pueblo Misak, ubicado en el territorio Puben, se encuentra de luto tras la partida de su líder indígena, Álvaro Morales Tombe. El reconocido exalcalde y defensor incansable de los derechos y la identidad de su comunidad falleció en Cali, luego de enfrentar serios quebrantos de salud.
Morales, quien fue destacado como el tercer mejor alcalde del país entre 1998 y 2000, dejó un legado imborrable en la lucha por la autonomía y el reconocimiento de los pueblos indígenas.
Defensa del territorio y la memoria Misak
Conocido por su firme defensa del territorio y la memoria histórica del pueblo Misak, Álvaro Morales se destacó también por su papel en la resolución de conflictos y la protección de las tierras guambianas. Fue uno de los principales líderes del Movimiento Indígena de Colombia y participó activamente en la organización Autoridades Indígenas del Sur Occidente (Aiso), un grupo que protagonizó movilizaciones emblemáticas, como el derrocamiento de estatuas en Popayán y Cali.
Durante su vida política, Morales trabajó incansablemente por fortalecer la identidad Misak, promoviendo la educación propia basada en el trabajo de la tierra y la conservación de los territorios. Su visión de «Autoridad a Autoridad» fue clave para enfrentar las injerencias externas, como las de actores armados y grandes hacendados, buscando siempre la unidad y la autonomía de su comunidad.
Recuperación de tierras y acuerdos históricos
La comunidad Misak recuerda a Álvaro Morales por su incansable lucha y su dedicación al bienestar de su gente. Nacido en el seno de la lucha por la recuperación de tierras, fue nombrado Gobernador del Cabildo de Guambía en 1989. Un cargo en el que impulsó importantes acuerdos con el Gobierno y otras comunidades. Entre los logros más significativos de su gestión destaca la recuperación de más de 470 hectáreas de tierra.
Álvaro Morales también jugó un papel fundamental en la creación del Plan de Vida Guambiano, que recoge el pensamiento y la filosofía de vida del pueblo Misak. Extendiendo su influencia más allá de los límites de su comunidad, en los departamentos de Huila y Cauca.
Su partida deja un vacío en el movimiento indígena. Pero su legado perdurará a través de las generaciones que continúan luchando por los derechos y la autonomía de los pueblos originarios. El pueblo Misak, hoy, siembra en su territorio ancestral como símbolo de respeto y honor a su memoria.
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